El logotipo oficial del Año de la Fe tiene un simbolismo
profundo que conviene conocer y ayudar a descubrir a otros: La barca es imagen
de la Iglesia, cuyo mástil es una cruz con las velas desplegadas y el trigrama
de Cristo (IHS). El sol en el fondo, recuerda la Eucaristía.
Como nos recuerda el Papa Benedicto XVI en su Carta
Apostólica Porta Fidei: “Hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido a
favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver
a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe”.
“Es el amor de Cristo -dice el Papa- el que llena nuestros
corazones y nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, él nos envía por los
caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra.
Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en
todo tiempo convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, como un
mandato que es siempre nuevo”.
Más allá de lo estético, pretende ser ocasión para la
reflexión sobre el significado de este año para los cristianos.
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