Ayer, 19 de noviembre, conmemoramos el Día
de la Dedicación de la Catedral. Esta tuvo lugar el 19 de noviembre de
1897. La consagró el Obispo de Palencia, Mons. Enrique Almaraz y Santos,
después Cardenal Primado de Toledo. En aquel entonces, se colocaron las doce
cruces de mármol que pueden verse por las distintas columnas de las naves
laterales. Simbolizan a los doce apóstoles, fundamento de la Iglesia de
Jesucristo. De acuerdo con el ritual, se las ungió con el óleo santo. Todos los
años, en esta fecha y para recordar este acontecimiento en la Catedral, se
encienden las velas que hay debajo de cada una de ellas.
Durante la Homilía en este Día, nuestro Obispo ha
invitado, con motivo del Año de la Fe a todos, “sacerdotes,
religiosos y laicos católicos de la Iglesia particular de Palencia, a venir en
peregrinación a nuestra Santa Iglesia Catedral para recitar solemnemente el
Credo, renovar las promesas del bautismo y comprometernos más profundamente con
la fe profesada, rezada, celebrada y vivida en la caridad”.
La solemnidad del aniversario de la dedicación de la
iglesia catedral es una buena ocasión para que todos los fieles de la diócesis
celebren y vivan mejor el misterio de la Iglesia en su realidad local.
“La Iglesia Catedral es el símbolo y el hogar visible de la comunidad diocesana presidida por el Obispo que tiene en ella su Cátedra... En la cátedra del Obispo, descubrimos a Cristo, Maestro, que gracias a la sucesión apostólica, nos enseña a través de los tiempos...” (Juan Pablo II. Madrid, 15 de Junio de 1993).
“La Iglesia Catedral es el símbolo y el hogar visible de la comunidad diocesana presidida por el Obispo que tiene en ella su Cátedra... En la cátedra del Obispo, descubrimos a Cristo, Maestro, que gracias a la sucesión apostólica, nos enseña a través de los tiempos...” (Juan Pablo II. Madrid, 15 de Junio de 1993).
En consecuencia, la Santa Iglesia Catedral, como sede del
Obispo diocesano, es signo de la unidad de la Iglesia particular. Por esto, ha
de ser reverenciada por todos los diocesanos y tenida como el lugar propio para
la celebración de aquellos actos que, por su propia índole, manifiestan
especialmente la vida de la
Iglesia particular de Palencia.
El aniversario de la dedicación nos recuerda un día de gracia, pero
también nos impulsa hacia el futuro. En efecto, de la misma manera que los
sacramentos de la
Iniciación, a saber, el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, ponen los fundamentos
de toda la vida cristiana, así también la dedicación del edificio eclesial
conmemora la consagración de una Iglesia particular representada en la
Catedral.
El aniversario que estamos celebrando constituye una invitación, por
tanto, a hacer memoria de los orígenes y, sobre todo, a recuperar el ánimo
evangelizador que debe seguir impulsando el crecimiento y el desarrollo de las
parroquias y comunidades cristianas de toda la diócesis.
Las palabras de San Agustín en la dedicación de una nueva iglesia,
leídas muchos siglos después, parecen dichas para nosotros: “Ésta es la casa de nuestras
oraciones, pero la casa de Dios somos nosotros mismos. Por eso nosotros... nos
vamos edificando durante esta vida, para ser consagrados al final de los
tiempos. El edificio, o mejor, la construcción del edificio exige ciertamente
trabajo; la consagración, en cambio, trae consigo el gozo. Lo que aquí se
hacía, cuando se iba construyendo esta casa, sucede también cuando los
creyentes se congregan en Cristo. Pues, al acceder a la fe, es como si se
extrajeran de los montes y de los bosques las piedras y los troncos; y cuando reciben
la catequesis y el bautismo, es como si fueran tallándose, alineándose y
nivelándose por las manos de artífices y carpinteros. Pero no llegan a ser casa
de Dios sino cuando se aglutinan en la caridad”
(Sermón 336).
En su carta apostólica “Porta Fidei”, afirma el Papa
Benedicto XVI, refiriéndose a las celebraciones del presente Año de la Fe: “En esta feliz conmemoración, deseo invitar a los hermanos
Obispos de todo el Orbe a que se unan al Sucesor de Pedro en el tiempo de
gracia espiritual que el Señor nos ofrece para rememorar el don precioso de la
fe. Queremos celebrar este Año de manera digna y fecunda. Habrá que
intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en
Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo
en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo.
Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras
catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casas y con nuestras
familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y
transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre. En este Año,
las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades
eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el
Credo”.
Desde este momento, yo os invito
a todos, sacerdotes, religiosos y laicos católicos de la Iglesia particular de
Palencia, a venir en peregrinación a nuestra Santa Iglesia Catedral para
recitar solemnemente el Credo, renovar las promesas del bautismo y
comprometernos más profundamente con la fe profesada, rezada, celebrada y
vivida en la caridad.
Palencia, 19 de
Noviembre de 2012.
+Esteban. Obispo de
Palencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario